La solidaridad en la Calle Angosta: Cáritas recibió más de 12 mil kilos de mercadería

Por Sonia Schoenaker

Cerca de 40 voluntarios de Cáritas en Villa Mercedes estuvieron las tres noches en la Fiesta Nacional de la Calle Angosta. La misión fue recibir los alimentos no perecederos que llevaron los espectadores a cambio de la entrada, porque no tuvo un valor económico.

Gracias al espíritu solidario, se recaudaron más de 12 mil kilos de mercadería que será distribuido por las distintas Iglesias donde funcionan 11 sedes de esta organización que se ocupa de la asistencia, desarrollo y servicio social.

Los integrantes se encargan de ayudar en los barrios y llegar a las personas que están pasando momentos difíciles. Un ejemplo de eso es lo que sucede en la capilla de la Virgen Nuestra Señora de Luján, ubicada en Santiago del Estero y 25 de Mayo. Allí se preparan alrededor de 300 porciones de comida por semana para alimentar a 70 familias.

“Hacemos todo a pulmón. No se recibe dinero de Nación ni de Provincia. Todo es colaboración de la gente que se acerca y siempre aporta algo”, explicó Clara en diálogo con El Chorrillero.

En ocasiones reciben donaciones de un supermercado, de panaderías y de algunas carnicerías. “Lo que más cuesta comprar para hacer la comida es la carne”, dijo.

Para hacer la comida, el grupo suele recaudar dinero a través de la venta de empanadas o locro.

“Pensábamos que estaría bueno que, si las otras Calle Angosta son con entrada con dinero, que dejen aunque sea una noche solidaria para que esto continúe y se haga una buena costumbre dejar un alimento para Cáritas”, manifestaron.

Todas las iglesias católicas de la ciudad son un punto de referencia si se las quiere contactar. Entre ellas se encuentran Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Luján, San Antonio, Sagrado Corazón, Nuestra Señora de la Merced, San José, Divino Niño Jesús, Santa Rita, San Cayetano, San Roque y Nuestra Señora del Carmen.

Cada sede se ocupa de diferentes tareas sociales: algunos cocinan viandas, otros entregan ropa, sirven la merienda, brindan apoyo escolar. También ayudan a las personas con trámites de jubilación o pensión y se involucran en algunos casos de hechos de violencia para “hacer de puente” entre las víctimas y los trabajadores sociales.

“Nosotros somos una Cáritas muy trabajadora en la ciudad. Los voluntarios se ponen los chalequitos bien puestos y se ve nuestro trabajo. Somos una ‘Cáritas en salida’, no nos quedamos solamente en las parroquias”, manifestó Graciela, referente de la organización.

Aseguró que se puede observar un cambio en la cantidad de mercadería que reciben en la actualidad en comparación a años anteriores debido a la crisis económica. “La situación está muy difícil. Antes las donaciones eran grandes, había quienes donaban packs de fideos, hoy por hoy es una bolsita con lo principal de alimentos”.

“Todos con un granito de arena podemos ayudar al prójimo, esa es la tarea nuestra y estamos al servicio del otro”, dijo una de las voluntarias.